En una docuserie de 10 entregas, ESPN nos regresa 30 años al pasado, para recordar la leyenda de Michael Jordan y los Chicago Bulls con The Last Dance.
El canal deportivo rompió sus propios records de audiencia de documentales con una sólida producción que transita por los eventos de los años 90.
Disponible también en Netflix, la serie muestra la dominación por parte de la franquicia de Chicago con Jordan al frente, pasa por el origen de sus más destacados protagonistas, además el del GOAT, los de Scottie Pippen, Phil Jackson y el controversial Dennis Rodman, entre otros, hasta el presente, con entrevistas no solo a los actores directos, sino a todos quienes rodearon la proeza de 6 campeonatos de la NBA entre 1991 y 1998.
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Con registros históricos únicos, gracias a que la NBA y la franquicia permitiesen que un equipo de grabación los acompañara, el grueso de la producción se centra en la última temporada de Jordan y Jackson con los Bulls (1997-1998), que los coronó con el doble triplete del campeonato de la liga. De allí el nombre de la serie, como Jackson bautizó la temporada, siendo el mismo Jackson quien cerró la puerta de manera definitiva para un séptimo.
En ‘The Last Dance’ no solo hay deporte, también hay drama, polémicas y muchas emociones
La serie no se limita a lo deportivo; nos muestra el lado humano de los orígenes, virtudes y defectos de Jordan y compañía, sus conflictos personales y relaciones familiares, los intríngulis corporativos detrás de la franquicia dominante de la última década del siglo XX, sus desafíos físicos, el acoso mediático, y finalmente la influencia que de manera inadvertida tuvo Michael Jordan definiendo una época.
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En 10 episodios revivimos momentos claves como el vertiginoso ascenso de Jordan a la cúspide del baloncesto, el famoso Dream Team que captó todas las miradas de los Juegos Olímpicos de 1992, su participación en la película animada Space Jam, su sabático como jugador de baseball, la muerte de su padre, su inclemencia ante sus rivales y sus “discretos” escándalos personales. También nos permite descubrir circunstancias más sutiles y menos públicas, como la estrecha relación que MJ tuvo con su jefe de seguridad y el apoyo que dio a compañeros con perfiles menos notorios.
The Last Dance es un testimonio de la tenacidad de un deportista por ser el máximo exponente de su disciplina, y de como la derrota puede alimentar esa dedicación. Es innegable que el número 23 es el centro gravitacional de The Last Dance pero todo lo que orbita a su alrededor la hace tanto más rica, que la convierte en un evento que trasciende lo deportivo.
