Da 5 Bloods nos pone en el Vietnam de hoy en día, acompañando a 4 ex-soldados afro-americanos que, con la excusa de rescatar los restos mortales de su líder de patrulla fallecido en batalla, regresan 50 años después a buscar un botín que dejaron escondido en el medio de la selva vietnamita.
La realización de Spike Lee (Do The Right Thing, Malcom X, Inside Man y BlacKkKlansman), con una duración de 2 horas y 34 minutos y estrenada recientemente en Netflix, es otra muestra más de la genialidad del director afroamericano más destacado de Hollywood.
Da 5 Bloods: una excelente obra de Spike Lee
Desde el montaje introductorio, que nos muestra imágenes de las luchas que se libraban al mismo momento en los Estados Unidos por los derecho civiles y las atrocidades de la guerra en el sureste asiático, no nos cabe duda que estamos ante un “Spike Lee Joint” (particular “firma” con la que el realizador sella sus obras).
Los 90 minutos iniciales del filme pudiesen pasar sin pena ni gloria dentro de la narrativa principal si no fuese por destellantes fotografías y videos que van apareciendo y por los diálogos de reivindicación y lucha social contra el racismo. De hecho, Lee ha hecho una carrera alrededor de temas urbanos y eso se hace evidente en el producto final de Da 5 Bloods en los que los momentos de acción y la composición de las tomas en la selva, donde la mayor parte de la película se desarrolla, se perciben un poco elementales.
Pero el tercer acto lo compone todo, imponiendo un cambio de estilo, de velocidad, de ideas. Es en el desenlace de la trama que el director decide hacer de las suyas con maestría, exprime a sus personajes y demanda lo mejor de sus actores. Delroy Lindo, en el papel de Paul, da una interpretación excepcional, con el que revisa temas tan diversos como la culpa, el resentimiento, la paternidad, y finalmente, el perdón.
Lee, quien además de dirigir el filme es su co-guionista, al final decide acertadamente concentrarse en sus personajes, abandona todos los grandes temas y nos muestra, en medio del caos, individuos con defectos y virtudes, dudas y certezas, sin importar el color de la piel.
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La cinta está plagada de pequeños detalles que la hacen digna de análisis. El más llamativo es cómo su creador decide tratar los recuerdos de los acontecimientos durante la guerra. La relación de aspecto de la pantalla cambia a 4:3; la imagen se pone granosa, como si se tratase de cinta Super 8, y más interesante aún, los cuatro personajes siguen siendo los mismos actores, todos ellos septuagenarios, sin ningún efecto que los rejuvenezca, mientras que el difunto líder de la patrulla, el mismísimo Black Panther, Chadwick Boseman, es el único joven. Él murió, por tanto nunca envejeció, mientras que esos recuerdos no nos permiten olvidar que los otros cuatro si lo hicieron.
Hay que resaltar que el filme se estrena “por casualidad” en el momento de mayor tensión en décadas en los Estados Unidos y en otros países por acciones brutales de cuerpos policiales e individuos evidentemente racistas contra miembros de la comunidad negra, siendo Lee un permanente vocero de la lucha por los derechos civiles de los afro descendientes, que hacen al filme absolutamente oportuno.
Es realmente un placer, en medio del encierro que la pandemia del Covid ha impuesto sobre el planeta, tener la oportunidad de ver el estreno de una obra de esta calidad en nuestras pantallas.
