“Michael Jackson: A Faking It Special” es un documental de Investigation Discovery que forma parte de una serie cuyo objetivo es analizar el comportamiento y lenguaje corporal de figuras públicas bajo la premisa de determinar su veracidad en situaciones específicas. Este enfoque, aunque intrigante, plantea serias cuestiones éticas y metodológicas, especialmente cuando se aplica a figuras tan complejas y polarizadoras como Michael Jackson.
Para comenzar, desde un punto de vista técnico, el documental parecer estar bien producido. La edición es ágil, y el ritmo mantiene al espectador comprometido a lo largo del metraje. La mezcla de imágenes de archivo con comentarios de expertos está bien estructurada para seguir una narrativa que busca ser coherente. Sin embargo, esta coherencia se siente a menudo forzada, como si la producción estuviera más interesada en mantener una conclusión predeterminada que en explorar objetivamente los hechos.
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El uso de imágenes de archivo es una herramienta poderosa en cualquier documental, pero aquí se utiliza con una clara intencionalidad manipuladora. Las imágenes se seleccionan cuidadosamente y suelen ser repetitivas para reforzar la narrativa del documental, mientras que otras que podrían contradecir esta narrativa son evidentemente omitidas. Esta selección parcial de imágenes socava la credibilidad del documental y sugiere una agenda subyacente más preocupada por el sensacionalismo que por la verdad.
La calidad de las imágenes de archivo es notable, utilizando una mezcla de clips bien conocidos junto con algunos menos difundidos, lo que da una impresión de exhaustividad. No obstante, esta percepción es superficial, ya que las imágenes seleccionadas están claramente orientadas a sustentar la tesis central del documental, en lugar de presentar una visión equilibrada de la figura de Michael Jackson.
Cabe destacar que tomaron como fuente principal el falso documental de “Living with Michael Jackson” presentado por Martin Bashir en 2003. Documental que ha sido sumamente cuestionado por la manipulación, la tergiversación de los videos y la entrevista que le haría el periodista británico a Michael Jackson durante 8 meses.
Los expertos presentados en el documental son, en su mayoría, profesionales en campos como la psicología, la criminología y el análisis del comportamiento. La interpretación de los gestos y expresiones de Jackson es a menudo cuestionable. El documental no ofrece un contexto adecuado para estas interpretaciones, omitiendo deliberadamente circunstancias que podrían influir en el comportamiento de Jackson en las situaciones analizadas e incluso las utilizan para acusar y señalar al artista sin prueba alguna.
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Además, el enfoque unilateral de estos expertos deja fuera perspectivas alternativas, creando una narrativa monolítica que podría fácilmente inducir al error a un espectador menos informado. La falta de una representación diversa de opiniones cuestiona la objetividad del documental y deja muy clara la poca ética y el poco profesionalismo con el que se realizó este trabajo.
La intención detrás de “Michael Jackson: A Faking It Special” es más que clara. Por un lado, pretende exponer a Michael Jackson como una figura cuya veracidad debe ser constantemente puesta en duda. Por otro, busca capitalizar el continuo interés público en la vida y controversias de Jackson, utilizando técnicas que bordean la explotación emocional para mantener la atención del espectador, aún después de que jamás encontraron pruebas de las acusaciones y juicio a las que se vio sometido.
Esta intención se ve claramente reflejada en la manera en que se presentan los hechos y las interpretaciones. En lugar de ofrecer una investigación objetiva y profunda, el documental parece centrarse en confirmar un juicio preestablecido sobre Jackson, dejando poco espacio para la reflexión crítica o el análisis equilibrado.
Uno de los aspectos más preocupantes de este documental es la manipulación de los hechos. Las interpretaciones ofrecidas por los expertos a menudo se presentan como conclusiones definitivas, sin mencionar que el análisis del comportamiento humano es inherentemente subjetivo y depende de múltiples variables contextuales que no se consideran adecuadamente.
La manipulación es más evidente en la forma en que se presentan los fragmentos de entrevistas y testimonios. Las ediciones cuidadosas y los cortes estratégicos crean una narrativa que parece coherente, pero que en realidad está construida sobre una base de parcialidad y omisión de información crucial.
También muestra una falta de rigor en la verificación de los hechos y fechas. Algunas afirmaciones se hacen sin el debido soporte documental, y la cronología de ciertos eventos se presenta de manera que favorece la narrativa del documental en lugar de reflejar la realidad de los hechos. Esta falta de precisión es una grave omisión en un trabajo que se presenta como una pieza de análisis serio y profesional.
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“Michael Jackson: A Faking It Special” es un documental que, aunque técnicamente competente, peca gravemente de parcialidad y falta de rigor. La manipulación de imágenes y la presentación de opiniones como hechos socavan la integridad de la obra, convirtiéndola en un ejercicio más de sensacionalismo basura que de periodismo investigativo.
Este documental se encuentra, lamentablemente, disponible en la plataforma de MAX para Latinoamérica. Y no sorprende, ya que esta misma plataforma fue la que impulsó el falso documental de “Leaving Neverland” de Dan Reed.