Netflix fue trending topics tras un estallido de comentarios por parte de miles de usuarios tras la publicación de un póster para promocionar la película “Cuties”. En realidad, no sé que resulta más invasivo, la inapropiada imagen de las 4 protagonistas o la reseña que la plataforma de streaming dejó a la vista en su canal. Pero, lo que sí es cierto, es el abismo al cual quedó expuesto el departamento de publicidad/marketing.
La oleada de comentarios partió como un mensaje de “prevención” de la comunidad hacia el comportamiento de pedófilos con la etiqueta #NetflixPedofilia. A este escenario, se une la petición de change.org donde se solicita que Netflix elimine la película al ser “repugnante por sexualizar a niñas de 11 años”. Actualmente, la campaña tiene unas 136.000 firmas con el objetivo de alcanzar 150.000.
Hasta el momento, Netflix solo ofreció disculpas por la campaña promocional, más no se ha pronunciado sobre eliminar la cinta del espacio de streaming. Por otra parte, Maïmouna Doucouré, directora de de “Cuties” abandonó Twitter tras la oleada de comentarios y recriminaciones.
Cuties: Politically Incorrect
El foro anónimo 4chan, caracterizado por ser un espacio de publicación de contenido “cuestionable” para “reportar temas altamente discutidos”, dejó entrever en su tablero de Politically Incorrect, una publicación que hacía mención a prohibir la divulgación de imágenes sobre la película “Cuties”.
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La acción se hizo viral, cuando un usuario reportó que siendo 4chan un espacio tan cuestionable “hasta ellos mismos” están prohibiendo la reproducción del material asociado a la película. Hasta el momento, no existe confirmación de 4chan sobre la divulgación del material asociado a “cuties”, pero las reacciones siguen a flor de piel.
Lo que pocos o nadie conocen
Tras el abismo informativo, portales noticiosos empezaron a narrar el lado “B” que se oculta tras el boicot que sufrió “Cuties”. Lo que reseñan estos espacios informativos, es que de hecho la directora de la cinta, Maïmouna Doucouré, presentó el material audiovisual en el Festival de Sundance, donde determinó que la cinta narra el “choque brutal” que vive una niña de 11 años, perteneciente a una familia musulmana, entre la tradición que se respira en casa y el flujo cultural totalmente contrario al que “accede a través de internet”.
Es entonces cuando la película es reconocida en el prestigioso festival y además gana importantes halagos en Berlín. Razón por la cual, Netflix voltea a mirar y decide incluirla en su catálogo de streaming.
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Si bien es cierto que no se niega la “hipersexualidad” como una corriente que intensifica el contenido de la película, lo que queda al descubierto es también un abusivo manejo de marketing promocional que terminó jugando una mala pasada a Netflix. Todos conocemos el “rudo estilo” publicitario de la plataforma de streaming pero con el mundo convulsionado, es delicado el manejo de las imágenes y el contexto en el cual las involucramos, esto algo mínimamente cuestionable, y no cabe duda.