Tres anuncios por un crimen nos demuestra que hay quienes creen que cuando la justicia y la ley no cumplen su función, la mejor manera de lograrlo es cuando uno las hace con sus propias manos, bajo esta premisa el director Martin McDonagh nos sumerge a un mundo lleno de violencia, injusticia, odio y porque no, heroísmo.
Tres anuncios por un crimen (Three Billboard outside ebbing, Missouri) es la tercera película de este director ingles, tras su aclamado debut en la espectacular In Bruges, seguida por Seven Psychopaths, cintas donde las situaciones fuera de lugar y el humor negro brillan por luz propia, creando un estilo propio que curiosamente, acá por el contrario, nos plantea una premisa totalmente diferente a sus trabajos anteriores.
McDonagh nos ofrece un drama muy bien elaborado pero sutilmente camuflado por sus diálogos frescos y situaciones tragicómicas, hasta el punto en que algunos la encasillen como una comedia negra, género que por cierto este director ingles sabe hacer muy bien. Dicho esto, Tres anuncios por un crimen es en mayor parte un drama bastante intenso y muy eficaz.
Justicia, venganza y moralidad
La trama gira entorno a Mildred Hayes (Frances McDormand), quién luego de meses de que asesinaran y violaran a su hija menor, decide poner tres anuncios publicitarios donde menciona directamente al jefe de policía William Willoughby (Woody Harrelson), junto con su compañero, el oficial Dixon (Sam Rockwell) por la falta de justicia hacia los hechos. De ésta manera se dará comienzo a las diferencias entre Mildred y la policía de Ebbing, Missouri.
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A partir de acá, la historia se llevará a cabo en un ambiente hostil y violento, donde los personajes entrarán en una reflexión moral sobre lo bueno y lo malo, pero he aquí la pregunta:
¿Qué es lo bueno y qué es lo malo?
El guión se toma el tiempo necesario para responder esto, y es que, como en sus cintas anteriores, el director Martin McDonagh, que también es el guionista del film, no tiene apuros en resolver los conflictos internos de cada personaje, al contrario, va creando un contexto lleno de rencor y diferencias entre ellos, a tal punto en donde uno no sabe quién hace lo correcto y quien no.
Todo esto va acompañado de prolongados pero bien elaborados diálogos y situaciones, donde la mano del director brilla con luz propia, creando un correcto balance entre un drama y tintes de comedia negra.
El pueblo también juega un papel importante dentro de la trama y termina siendo otro de los tantos aciertos de la película, y es que tratándose de un pueblo sureño pequeño y de pocos habitantes, se encarga de transmitir esa sensación de un western moderno, creando por momentos ambientes desolados y de angustia.
Gran elenco, grandes personajes
Sin duda alguna, el mayor mérito de la cinta es el acertado elenco, y es que es difícil imaginarse a otra actriz que no sea Frances McDormand encarnando a la brava y desafiante Mildred Hayes, un personaje marcado por el sufrimiento y el dolor tras haber perdido a su hija adolescente víctima de un asesinato, McDormand es consciente de ello y se toma en serio cada escena para demostrar su rechazo a esa falta de justicia por parte de las autoridades, creando por momentos un personaje hostil y frío, carente de empatía y sentimientos hacia los demás, personaje que poco a poco va evolucionando hasta convertirse casi en una especie de antihéroe.
Sin lugar a dudas estamos ante uno de los trabajos mas importantes en la carrera de Frances McDornand, un papel donde la actriz demuestra todo su talento y del cual seguramente, será recordado por mucho tiempo.
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Por el otro lado tenemos al genial Woody Harrelson como el Jefe de policía de Ebbing, William Willoughby, un hombre correcto que hace siempre lo correcto, pero la duda esta si en verdad hizo esto en cuanto al caso no resuelto del asesinato, ante esto el actor exprime muy bien el guión y lo aprovecha para crear un personaje soberbio y por lejos el más racional de todos, mostrándose al inicio como el principal antagonista de la cinta.
Sin embargo, mediante ocurren los hechos nos damos cuenta que esto no termina siendo como se creía, y a pesar de no tener el tiempo necesario en la trama, Harrelson termina sacando provecho de esto y provoca que cada escena en la que aparezca sean potentes y llena de emociones, opacando incluso a McDormand por momentos.
Jason Dixon es quizás el personaje mas polémico del film, un tipo racista, sexista y violento, que no tiene ningún problema en sacar provecho de su condición de policía para cometer un abuso de autoridad, Sam Rockwell, es el encargado de encarnar a este excéntrico personaje, que a pesar de lo dicho y por mas contradictorio que suene, es el punto cómico de la película, y es que precisamente el mismo Rockwell se encarga de encasillar al personaje en un tipo que carece de sentido común y de pocas luces, pero al mismo tiempo puede generar cierta empatía con el espectador, y eso se debe en gran parte al trabajo de este gran actor, quien sabe a la perfección como crear este tipo de personajes, logrando momentos memorables, que lo posicionan como uno de los puntos más altos de la película.
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Mención aparte para los secundarios Lucas Hedges, quien interpreta a Robbie, hijo de Mildred Hayes, quien demuestra que puede salir bien parado en las escenas que comparte con McDormand, y sobre todo Caleb Landry Jones, como Red Wellby, el publicista creador de los anuncios, mucho ojo con este joven actor, el cual seguramente se ganará un nombre en la industria en poco tiempo.
Una gran reflexión sobre el odio y la violencia.
Tres anuncios por un crimen es un thriller redondo, bien dirigida y con actuaciones soberbias, es una reflexión sobre la venganza, el odio, la falta de moral y justicia en la sociedad, el director, quien se alimenta directamente de Tarantino y los hermanos Coen, se encarga de crear un ambiente salvaje y de violencia con un ritmo bastante pausado pero no necesariamente lento, y esto es gracias a su excelente y sólido guión que hacen que esta cinta posicione a Martin McDonagh como uno de los directores con mas proyección en la industria cinematográfica.